El capitalismo feroz que recorre los países en América Latina se evidencia en el valor de uso y el valor de mercado que tienen los bienes comunes, buscando la privatización de los mismos.
En la actualidad se enfrenta una crisis del agua de envergadura global que promete empeorar las próximas décadas, a medida que se agudice la crisis, se pondrán en marcha nuevas iniciativas para volver a definir los derechos sobre el agua. La economía globalizada está cambiando la definición del agua: de ser un bien comunal a ser uno privado que puede extraerse y comerciarse libremente. El orden económico global exige tanto la remoción de todos los límites y reglamentos sobre la utilización del agua como la creación de mercados del agua. Los defensores del libre comercio del agua considerando los derechos de propiedad privada como la única alternativa para la tenencia estatal, y los mercados libres como los únicos sustitutos de la reglamentación burocrática de los recursos hídricos.
Existe consenso entre especialistas en cuanto a que el estado, el mercado y la comunidad, se manifiesta con toda claridad desde el proyecto civilizador occidental. En ese sentido, la activista ambiental hindú Vandana Shiva (2003), propone las siguientes interrogantes: ¿A quién pertenece el agua? ¿Es propiedad privada o comunitaria? ¿Qué tipo de derechos tiene o debería tener el pueblo? ¿Cuáles son los derechos del Estado? ¿Cuáles son los derechos de las corporaciones y de los intereses comerciales? A lo largo de la historia, las sociedades se han planteado estas preguntas fundamentales.
Más que cualquier otro recurso, el agua debe seguir siendo un bien comunal cuyo manejo esté en manos de la comunidad. Tan es así; que en muchas sociedades se ha prohibido la propiedad privada del agua.
El nacimiento de las tecnologías modernas de extracción del agua ha puesto en relieve el papel del Estado en el manejo del líquido. A medidas que estas nuevas tecnologías desplazan los sistemas de manejo propio, las estructuras de manejo democrático del pueblo se deterioran y menguan su papel en la conservación. Con la globalización y la privatización de los recursos hídricos, se están tomando nuevas medidas para deteriorar del todo los derechos populares y sustituir la propiedad colectiva por el control corporativo. En la primera por privatizar suele olvidarse la existencia de comunidades de personas reales con necesidades reales más allá del Estado y el mercado. (Shiva, 2003, p. 32-33)
En síntesis, la triada Estado, mercado y comunidad ha contribuido al desarrollo capitalista que se ha configurado en lo que ahora llamamos globalización, que tiene como característica el libre flujo de capitales y mercancías, la creación de grandes empresas que operan por todo el mundo, la explotación del recurso hídrico y la opresión política.
Autor: Programa de Investigacion Socioambiental.